
El tamaño de la piedra hizo que su caida resultara impresionante. Dijo que la fuerza que rige nuestros destinos está fuera de nosotros y nada tiene que ver con nuestros actos ni con nuestra voluntad. En ocasiones, esa fuerza nos lleva a detenernos en el camino para inclinarnos a atar los cordones sueltos de los zapatos, como yo acaba de hacer, y ganar así un momento precioso. De seguir adelante, era indudable que el inmenso trozo de roca nos hubiese aplastado.
No obstante, otro día, en otro desfiladero, era probable que la misma decisiva fuerza exterior nos obligara a anudarnos los cordones en el preciso lugar sobre el cual descendiera un canto rodado de iguales dimensiones. En ese caso, nos hubiese hecho perder un momento precioso: de continuar caminando, nos habríamos salvado. Don Juan concluyó que, dada mi total falta de control sobre las fuerzas que decidían mi destino, el único acto de libertad posible consistía en atarme los cordones impecablemente.
Carlos Castaneda
- Imagen -
Puzzle de Luis Royo, Las Cinco Caras de Hecate N. 5 (500 p.) T: 34x64 cm.
Realizado en Dic. de 2009.
0 Comments to "Destino..."